La Candidiasis Vaginal es una infección de la vulva y/o la vagina (frecuentemente aparecen en ambas localizaciones) por un hongo de la familia de las Cándidas, de la que la más frecuente es la Cándida albicans.
Habitualmente, este hongo se encuentra en la boca, el aparato gastrointestinal y en la vagina, sin producir enfermedad. Aunque determinadas situaciones pueden favorecer la aparición de la enfermedad, más frecuente en la etapa reproductiva de la mujer.
Según datos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), el 75 % de las mujeres experimentará un episodio de vulvovaginitis a lo largo de su vida y entre el 40 y el 50 %, por lo menos, un segundo. De estas infecciones, al menos el 25 % serán candidiasis, el tipo de vulvovaginitis con mayor prevalencia en Europa.
Detectarla a tiempo es clave para aliviar los síntomas, por tanto, en cuanto los detectemos es importante acudir al ginecólogo o ginecóloga, y nunca automedicarse.
Síntomas de la candidiasis vaginal
Los síntomas pueden ser variados y la mayor parte de las veces coexisten, aunque no siempre se dan todos ellos:
- Escozor o ardor vulvovaginal
- Aumento del flujo vaginal con un aspecto de “leche cuajada”
- Eritema (enrojecimiento)
- Edema o hinchazón de la vulva
- Molestias al orinar
Causas de la candidiasis vaginal
Los hongos forman parte de nuestra flora habitual. Cuando éstos se reproducen de forma excesiva producen la infección.
¿Por qué sucede este sobrecrecimiento?
Existen diferentes factores que pueden predisponer a tener una infección vaginal por cándidas.
- Tomar antibióticos, ya que alteran la flora vaginal, y eso puede producir el sobrecrecimiento de las cándidas
- Bajada de defensas, en embarazadas, pacientes con la inmunidad alterada como VIH o diabetes, entre otras.
- Estrés. En periodos de mayor estrés, las mujeres que tienen predisposición a tener cándidas, que suelen reaparecer.
- Excesiva humedad en la zona genital. Más habitual en épocas de verano, por los baños frecuentes en playas y piscinas.
Diagnóstico
El diagnóstico suele ser fácil, si lo valora un profesional sanitario. La sintomatología acompañada de un flujo característico y eritema vulvovaginal suele ser suficiente para su diagnóstico.
En ocasiones (cuando hay dudas diagnósticas o cuando son episodios muy repetidos) se puede hacer un cultivo vaginal donde nos darán el diagnóstico de certeza. El cultivo no es obligatorio realizarlo en la mayoría de los casos.
¿Con qué se puede confundir?
En ocasiones, se puede confundir con una infección de orina si el escozor/picor es al orinar. También existen otras vulvovaginitis (vaginosis, Trichomoniasis…) que pueden dar sintomatología similar (escozor, aumento de flujo…).
¿Me puedo autotratar?
No. Es importante que te valore un especialista (comadrona, ginecólogo o médico de familia), para que inicies el tratamiento pertinente, en la mayor brevedad posible.
Tratamiento de las cándidas vulvovaginales
El tratamiento suele consistir en unos óvulos de un antifúngico y una crema anitfúngica en la zona vulvar.
En casos resistentes o de repetición, puede ser necesario tratamiento vía oral (pastillas).
¿Qué puedo hacer para prevenirlas?
- No te laves en exceso y utiliza un jabón íntimo específico
- Utiliza ropa interior de algodón
- No utilices ropa demasiado ajustada
- Toma los antibióticos estrictamente necesarios, siempre prescritos por un médico ya que pueden alterar tu flora vaginal habitual
- Evita la humedad en la zona genital. En época de playas/piscinas, intenta cambiarte el bañador tras los baños
- Intenta disminuir el estrés, es un factor predisponente
- Cuida tu alimentación

Espero que este artículo te haya ayudado a saber más de la candidiasis vulvovaginal. Si quieres saber más sobre temas ginecológicos, te animo a visitar controles ginecológicos. Y si tienes dudas o quieres comentar alguna experiencia con la candidiasis vulvovaginal, ¡aporta tu comentario!
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