Los quistes son formaciones que aparecen en los ovarios, y la mayoría de ellos son benignos.
Tipos de quistes de ovario
Los más frecuentes son los quistes foliculares. Cuando ovulamos, el resto de folículos que no han ovulado ese mes involucionan y mueren. En algunas ocasiones, eso no es así y se almacena líquido en su interior. Es entonces cunado se forma lo que conocemos como quiste folicular. Para diagnosticar un quiste folicular debe medir > 3 cm y puede llegar hasta 15 cm. Los que son < a 3 cm son fisiológicos.
Otros quistes que son benignos son los quistes hemorrágicos (consecuencia de una hemorragia que se produce tras la ovulación dentro del folículo ovulatorio) o los quistes endometriósicos (o quistes de chocolate).
Síntomas de los quistes de ovario
La sintomatología de los quistes es variada y vendrá determinada por el tipo de quiste y su tamaño. Los síntomas más frecuentes son:
- Irregularidades menstruales
- Dolor con la menstruación
- Dolor en la ovulación (si es un quiste hemorrágico)
- Hinchazón abdominal, en caso de quistes de gran tamaño
¿Cómo se diagnostican los quistes de ovario?
El diagnóstico se realizará mediante ecografía transvaginal .
En algunos casos, como quistes con sospecha ecográfica de malignidad, se realizarán otras pruebas de imagen como la resonancia magnética nuclear (RMN). Las analíticas sanguíneas con marcadores tumorales, también pueden ayudar a completar el estudio.
¿En qué consisten los tratamientos de los quistes de ovario?
- Conducta expectante y control, en caso de quistes de aspecto benigno, paciente asintomática y tamaño pequeño
- Tratamiento médico con anticonceptivos hormonales durante 3 meses, si hay un quiste folicular de > 3 cm.
- Tratamiento quirúrgico. Vendrá determinado por la sintomatología, el tamaño y la sospecha diagnóstica
El tratamiento quirúrgico se suele realizar por vía laparoscópica. En algunos casos, sin embargo, se pueden requerir realizar una laparotomía para su exéresis. Los quistes gigantes podrían requerir esta vía para su extirpación.
Posibles complicaciones
Cuando se tiene un quiste en el ovario, éste se puede complicar debido a:
- Rotura del quiste: En el caso de que el quiste se rompa y el contenido se vierta a la cavidad abdominal, la mujer referirá un dolor brusco. En función del contenido del quiste, el contenido puede producir irritación del peritoneo, dando lugar a un dolor continuado.
En función de la clínica y de la evolución en ocasiones bastará esperar con analgésicos para solucionar el cuadro. En casos de dolor que no calma, o en caso de sospecha de sangrado persistente debido a la ruptura, se deberá realizar una laparoscopia para limpiar el contenido, explorar el ovarios y coagular en caso de que exista sangrado activo.
- Torsión de ovario: En el caso de los quistes de mayor tamaño, se puede procudir la torsión del ovario, produciendo dolor brusco que se puede acompañar de náuseas y vómitos.
Suele ser necesario realizar una laparoscopia y destorsionar el ovario para evitar que se necrose y deje de ser funcional.
Diferencias entre quistes, pólipos y miomas
Los pólipos son formaciones benignas que pueden aparecer en la cavidad uterina. Podemos encontrar dos tipos: pólipos endometriales y los endocervicales. La incidencia es difícil de establecer, ya que la mayoría se encuentran de forma casual en ecografías rutinarias. Se calcula que afectan al 12% en mujeres premenopáusicas y al 6% de mujeres menopáusicas y son más frecuentes entre los 30 y los 60 años.
A diferencia de los miomas, están formados por tejido glandular o hiperplasia de la mucosa endometrial. También se pueden llamar leiomiomas o fibromas. Son muy frecuentes entre los 30 y los 50 años. Su incidencia se estima entre el 12 y el 25%; unos datos difíciles de valorar con exactitud, ya que en muchas ocasiones son asintomáticos y no se llega al diagnóstico, por lo que su incidencia podría ser mayor.
Los quistes de ovario, como ya hemos comentado, son formaciones, normalmente benignas, que se encuentran en los ovarios.
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