Sofocos en la menopausia, una etapa natural de la vida de las mujeres, pero no por ello fácil llevar. Uno de los síntomas más frecuentes de la menopausia son los sofocos. Pero, ¿sabemos por qué se producen? ¿Cuánto suelen durar? ¿Podemos hacer algo para llevarlos mejor? ¿Existen tratamientos eficaces? Estas y otras preguntas las contestaré hoy en el blog.
¿Qué son los sofocos?
Los sofocos es una sintomatología típica de la menopausia que consiste en un aumento brusco de sensación de calor en la cara y el cuello que posteriormente desciende hacia el resto del cuerpo en forma de oleadas (1). Generalmente, sucede en la parte superior del cuerpo y posteriormente al calor puede aparecer sudoración profusa y en algunos casos palpitaciones (aumento de la frecuencia cardíaca).
Sin embargo, no todas las mujeres definen los sofocos de la misma manera ni aparecen con la misma intensidad. Podemos encontrar mujeres con un ligero aumento de calor en la cara sin más sintomatología, hasta mujeres con un calor y sudoración posterior que les haga incluso tener que cambiarse la ropa.
¿Cuándo suceden?
Los sofocos suelen ser uno de los síntomas más frecuentes durante la menopausia. Hasta el 80% de las mujeres lo presentan.
En ocasiones se inician en la perimenopausia y son más frecuentes cuando ya está instaurada la menopausia. Suelen durar entre 1 y 2 años posterior al diagnóstico de menopausia (recordemos que se define como 1 año sin menstruaciones) pero existe un porcentaje de mujeres en las que pueden persistir hasta 10 años o más.
¿Por qué suceden los sofocos en la menopausia?
El mecanismo por el cual se produce no está claro. Lo que sí sabemos es que las hormonas están implicadas. Cuando existen niveles bajos de estrógenos (ya en la perimenopausia) pueden aparecer. Es frecuente que en esta etapa las mujeres refieran sofocos cuando aparecen periodos de amenorrea (sin regla) y cuando aparece una regla, ese mes suelen decir que mejoran de los sofocos.
Se cree que existe durante esta etapa (insisto que sin la evidencia suficiente) una alteración de la termorregulación, que podría iniciarse en el tálamo y que de ahí se incrementase la temperatura central, de la piel y de la tasa del metabolismo (2)
¿Qué puedo hacer?
Debemos destacar que en la mayoría de las mujeres realizar pequeños cambios en el estilo de vida, y entender que esta sintomatología suele ser pasajera, puede ser suficiente.
A continuación destaco aquellas acciones que puedes hacer para mejorar la sintomatología:
- Comida: evita comidas calientes y picantes. Consume bebidas frías.
- Evita tabaco y alcohol.
- Si tienes sobrepeso, la reducción de peso mejorará la sintomatología.
- Realiza ejercicio físico
- Consigue una temperatura ambiental correcta, fresca en verano y moderada en invierno.
- Utiliza ropa cómoda y adaptada a la temperatura exterior.
- Realiza ejercicios de relajación, mindfulness o yoga se han relacionado también con la mejoría de la sintomatología de los sofocos en la menopausia.
En cuanto a la suplementación, o fitoterapia (a través de plantas) se tiene evidencia con los siguientes complejos:
- Isoflavonas de soja.
- Cimifuga racemosa y Sauzgatillo.
- Vitamina E. Aunque existen estudios en los que se muestra una mejoría clínica por parte de algunas pacientes, no podemos afirmar que sea un suplemento a recomendar de manera generalizada por no haber suficiente evidencia científica.
Es importante destacar que este tipo de suplementos/fitoterapia, no tienen efecto inmediato y necesitamos unos 2 meses (en algunos casos más) para notar la mejoría. Es necesario que seáis conscientes de esta realidad porque si no podríamos dejar los tratamientos a las 2-3 semanas pensando que no es eficaz, cuando en realidad no ha pasado el tiempo suficiente.
Medicación no hormonal:
- Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
- Gabapentina
Esta medicación (como toda medicación) debe ser prescrita por un médico valorando el caso individual.
Medicación hormonal:
Cuando la sintomatología es incapacitante o bien no han funcionado los tratamientos previos, existe la posibilidad de plantear la Terapia Hormonal Sustitutiva.
Tratamientos con Estrógenos, Progesterona de forma aislada o combinada puede ser una solución para casos seleccionados. Podéis tener más información en el blog de THS.
Y recordar, SIEMPRE prescritos por vuestro ginecólogo.
Bibliografía
- (2) Ginceología (9ª Edición): J.González Merlo et al.
Se ha consultado para la elaboración del blog:
Guía de práctica clínica Menopausia postmenopausia. GPC_menopausia_definitiva.pdf (cochrane.org)
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